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Qué hacer en Whistler
y sus alrededores
Canadá es un país fascinante para los amantes de la naturaleza, así que hoy te propongo descubrir un destino imperdible. Te cuento qué hacer en Whistler, una pequeña ciudad rodeada de montañas y lagos que cuando llega el frío se convierte en el paraíso de los deportes de invierno. Si puedes, te recomiendo pasar varios días, pues hay muchísimos senderos y atracciones para descubrir rincones de increíble belleza.
Whistler en invierno es la meca de los esquiadores de British Columbia
Si Whistler es conocida por algo, es por sus estaciones de esquí.  Es una pequeña ciudad típicamente de montaña, que podría estar sacada de los mismos Alpes por su estética y arquitectura. Así pues, es un destino perfecto para realizar actividades al aire libre.
Whistler en verano es el favorito de los mountainbiker y senderistas.

Por el centro verás muchos comercios y calles peatonales, así como monumentos que recuerdan hitos importantes, como los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010 celebrados en Whistler. Uno de ellos son los anillos olímpicos; otro, el Inukshuk de los pueblos del Ártico. Te recomiendo pasear por las calles y visitar los parques para disfrutar de todos los detalles.

Ver Whistler desde las alturas
Quizá una buena forma de comenzar una visita turística a Whistler y su entorno es desde las alturas, ya sea desde lo alto de las montañas o desde el mismo cielo. Para ello puedes subir hasta las estaciones de esquí (también en verano, sin nieve) gracias a los telesillas, que allí se suelen llamar «góndolas». El más famoso es el Peak 2 Peak Gondola que une las dos grandes montañas de Whistler: Whistler Mountain y Blackcomb Mountain.

Si prefieres algo con un poco más de adrenalina, otra cosa muy popular que hacer en Whistler es tirarse en tirolina. Desde el monte Blackcomb hay una de las tirolinas más largas de América y en el trayecto disfrutarás de increíbles vistas a más de 100 kilómetros por hora.

Para tener una vista más increíble, también puedes hacer un tour por los aires, observando Whistler, las montañas y los glaciares desde el cielo. Existen tanto paseos en hidroavión como en helicóptero que no llegan a la media hora, pero seguro son muy intensos y te dejarán un recuerdo imborrable.
Hacer senderismo

Gracias a su entorno natural, Whistler posee además muchas rutas de senderismo, en las que llegar, de nuevo, casi hasta el mismo cielo. Por ejemplo, el sendero que recorrí aquí fue el Skywalk, una ruta ideal para perderse en la naturaleza. Después de varios kilómetros de sendero recorriendo un bosque muy húmedo y variado en cuanto a vegetación, y con pequeñas cascadas, se llega hasta el lago del Iceberg, llamado así por los bloques de hielo del pequeño glaciar que se conserva en lo alto de la montaña.

En ese caso se trata de un hiking algo largo, pero si prefieres algo más corto hay otros senderos en los alrededores de la localidad. En la oficina de turismo te darán más información y mapas, pero algunos de los recorridos a pie más populares son:

Esquiar en Whistler

Otra de las mejores actividades que hacer en Whistler es esquiar. Si te gustan los deportes de invierno, ¡éste es tu destino! La ciudad es uno de los principales centros de esquí y snowboard de Norteamérica con más de 3.000 hectáreas.

El Whistler Blackcomb Ski Resort está formado por las dos montañas (Blackcomb y Whistler) y albergan 200 pistas de esquí. Hay numerosos remontes, restaurantes y todo lo necesario para pasar un día muy entretenido en la nieve.

Visitar sus museos

Las principales cosas que hacer en Whistler están al aire libre, pero si un día amanece con mal tiempo, también tienes lugares para pasar una jornada entretenida a cubierto. El centro de la ciudad está lleno de tiendas, restaurantes y cafeterías y también hay museos muy interesantes, como el Whistler Museum. Es el museo que recoge la historia de la ciudad y en él verás numerosas fotografías, objetos o vídeos que muestran el pasado de este lugar (y todo el entorno).

Tampoco puedes perderte el Audain Art Museum, que se encuentra entre las principales atracciones turísticas de la ciudad. Se trata de una gran colección de arte con piezas de artistas de British Columbia creadas desde el siglo XVIII hasta nuestros días, con un fuerte componente nativo y representación de las naciones que habitaban antiguamente el territorio: Squamish y Lil’wat.

Si quieres aprender sobre estas culturas, el Squamish Lil’wat Cultural Centre repasa las tradiciones de ambas Primeras Naciones de Canadá. En su colección permanente encontrarás objetos, prendas de vestir, obras de arte o canoas, además de contar con exposiciones temporales que profundizan aún más en su legado.

Conocer la vecina Squamish
Este pequeño pueblo puede pasar inadvertido en la ruta por la Sea to Sky highway, pero es una parada más que recomendada. Se sitúa a orillas del Howe Sound y a los pies del Stawamus Chief, una icónica montaña muy conocida dentro del mundo de los escaladores por su pared vertical. Pese a no tener una gran altura, es una de las mejores representaciones que se pueden tener de lo que significa esta carretera: del mar, al cielo.

Si estás en forma, no te pierdas la subida hasta alguna de sus cimas (hay 3). Las vistas deben ser espectaculares, con el Howe Sound de fondo. Digo «deben» porque, pese a que hice este sendero, no vi nada. Ese día llovía y las nubes estaban muy bajas, así que hice todo el trek con niebla y al llegar a la cima todo lo que se veía era blanco. Aún así, las nubes iban y venían, haciendo un pequeño juego dejándome ver parte del paisaje por momentos. ¡Fue, literalmente, estar en las nubes!

Para tener vistas increíbles de esta montaña y de todo el entorno que rodea a Squamish, incluido el fiordo, puedes tomar la Sea to Sky Gondola. Es un teleférico que te sube a la cima de una montaña donde disfrutar de sus miradores, hacer rutas de senderismo o pasar por el puente colgante Sky Pilot.

A pocos metros del lugar donde se toma el teleférico, tienes también las Shannon Falls. Estas cascadas están en un entorno natural muy bonito, rodeadas de bosque y con una caída de más de 300 metros, convirtiéndolas en las terceras más altas de la provincia de British Columbia.
Así pues, ya ves que hay muchas cosas que hacer en Whistler y sus alrededores. Es una pequeña ciudad con un entorno natural impresionante y donde disfrutar mucho haciendo deporte al aire libre.

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